domingo, 6 de octubre de 2013

Era más de medianoche...

    Se acerca la semana del terror, actividad clásica en el instituto. Habrá un concurso de relatos de terror, cuyos ganadores tendrán el honor de ser publicados en esta bitácora. Mientras tanto, el grupo de biblioteca debate en sesudas reuniones qué película acongojará a los alumnos durante unos recreos (ya hemos hecho zombis, vampiros y jinetes sin cabeza), os dejamos con el inicio de una obra clásica de esto del terror. Premio para el que lo averigüe (o más bien lo lea). Ahí va:


 Era más de media noche,


antiguas historias cuentan,

cuando en sueño y en silencio

lóbrego envuelta la tierra,

los vivos muertos parecen,

los muertos la tumba dejan.

Era la hora en que acaso

temerosas voces suenan

informes, en que se escuchan

tácitas pisadas huecas,

y pavorosas fantasmas

entre las densas tinieblas

vagan, y aúllan los perros

amedrentados al verlas:

En que tal vez la campana

de alguna arruinada iglesia

da misteriosos sonidos

de maldición y anatema,

que los sábados convoca

a las brujas a su fiesta.

El cielo estaba sombrío,

no vislumbraba una estrella,

silbaba lúgubre el viento,

y allá en el aire, cual negras

fantasmas, se dibujaban

las torres de las iglesias,

y del gótico castillo

las altísimas almenas,

donde canta o reza acaso

temeroso el centinela.













 


















 


















 


















 


















 


















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