Comenzamos una nueva sección en el blog con algunas de las lecturas del proyecto "Viajes y viajeros", reseñadas esta vez por profesores. En esta ocasión se trata de Darwin el viajero, de Nicolás Cuvi. Ahí va:
La editorial Rompecabezas comienza la colección Sabelotod@s con una desenfadada biografía sobre el naturalista inglés Charles Darwin. Nos cuenta su pasión, casi enfermiza, por coleccionar todo lo que se ponía a su alcance: conchas, sellos, monedas, minerales, insectos... Todo esto lo recogía en sus largos paseos por su Shrewsbury natal.
Cuando empezó a estudiar medicina se interesó por las acaloradas discusiones sobre asuntos tan complejos como el origen de las especies, también llamado el misterio de los misterios. De sus paseos en la facultad con el profesor Henslow, aprendió muchas cosas y, a su vez, Henslow intuyó que Darwin iba a ser un científico importante, tanto que le propuso que se embarcara con él en un pequeño barco, el Beagle, para llevar a cabo diversas investigaciones en un viaje alrededor del mundo. A lo largo de ese viaje, Darwin pudo estudiar in situ numerosas especies y también recogió gran cantidad de muestras. Ya de vuelta a casa, el estudio y el análisis de todos estos materiales le llevaron a conclusiones que revolucionarían el mundo de la ciencia pero que, también, le iban a complicar la vida al enfrentarse con la teoría creacionista defendida por las autoridades de la Iglesia que, como en casi todas épocas y lugares, tenían mucho poder e influencia.
¿Cómo salió nuestro amigo Darwin de esta encrucijada? Pues en la nueva sección de “Viajes y viajeros” de la biblioteca de nuestro instituto te están esperando varios ejemplares de lomo rabiosamente amarillo para contarte el final de esta historia que ha marcado un cambio radical en el mundo de la ciencia.
Cuando empezó a estudiar medicina se interesó por las acaloradas discusiones sobre asuntos tan complejos como el origen de las especies, también llamado el misterio de los misterios. De sus paseos en la facultad con el profesor Henslow, aprendió muchas cosas y, a su vez, Henslow intuyó que Darwin iba a ser un científico importante, tanto que le propuso que se embarcara con él en un pequeño barco, el Beagle, para llevar a cabo diversas investigaciones en un viaje alrededor del mundo. A lo largo de ese viaje, Darwin pudo estudiar in situ numerosas especies y también recogió gran cantidad de muestras. Ya de vuelta a casa, el estudio y el análisis de todos estos materiales le llevaron a conclusiones que revolucionarían el mundo de la ciencia pero que, también, le iban a complicar la vida al enfrentarse con la teoría creacionista defendida por las autoridades de la Iglesia que, como en casi todas épocas y lugares, tenían mucho poder e influencia.
¿Cómo salió nuestro amigo Darwin de esta encrucijada? Pues en la nueva sección de “Viajes y viajeros” de la biblioteca de nuestro instituto te están esperando varios ejemplares de lomo rabiosamente amarillo para contarte el final de esta historia que ha marcado un cambio radical en el mundo de la ciencia.
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